viernes, 10 de noviembre de 2017

No a los nuevos puestos de trabajo

En los países subdesarrollados se tiene como hábito o costumbre poner gran cantidad de trabas para la formación de nuevas empresas y para la creación de nuevos puestos de trabajo, es decir, de trabajo productivo, por cuanto resulta sencillo ingresar al Estado para realizar trabajos improductivos, o pseudotrabajos, que implican una carga para el resto de la sociedad.

Los políticos de mayor aceptación son aquellos que promueven leyes favorables para el trabajador y desfavorables para las empresas, en lugar de promover leyes favorables para todos. Este es el caso de Perón, recordado por “beneficiar a los trabajadores”, aclarando que tales “trabajadores” debían ser peronistas y estar afiliados al Partido Justicialista. De lo contrario eran marginados y hasta expulsados de sus trabajos estatales. Quien quisiera mantener el puesto laboral y progresar en su trabajo, debía afiliarse al partido del líder totalitario.

Supongamos que el sueldo de un trabajador, en determinado rubro y según el mercado laboral, es de 1.000 unidades monetarias. Como efecto de la presión o de la extorsión sindicalista, y de las leyes sociales populistas, este sueldo se elevará hasta 1.800 unidades monetarias. Los trabajadores estarán contentos, como así también los sindicalistas, ya que reciben mayores aportes por empleado. Pero los empresarios tendrán menor predisposición y menores posibilidades para incorporar nuevos trabajadores. Quienes no tienen empleo, verán cerradas todas las puertas para su incorporación al campo laboral.

La acción de políticos y sindicalistas que tienden a favorecer al sector que ya tiene trabajo, y a impedir el ingreso de los desocupados, ha tenido como consecuencia inmediata la creación de puestos de trabajo informales, que en la Argentina alcanza a un tercio de la población laboralmente activa. También han favorecido la contratación de trabajadores independientes, es decir, en lugar de tener empleados nuevos, las empresas contratan a trabajadores que realizan prestaciones fuera del vinculo ocupacional empresa-empleado. El trabajo permanente, en relación de dependencia, cada vez es más escaso y sólo es conseguido por quienes realizan tareas especializadas y muy poco prescindibles.

Otro sector que promueve la desocupación, la precariedad laboral y el trabajo independiente es el de los abogados especializados en cuestiones laborales. A fin de tener más trabajo y mayores ganancias, han promovido la denominada “industria del juicio laboral”. Mayormente adherentes al pensamiento marxista, demonizan a las empresas para justificar su tarea depredadora contra el sector productivo. También desde el Poder Judicial se atenta contra las empresas, ya que existen fallos anti-empresariales que otorgan indemnizaciones tres o cuatro veces mayores que las pedidas por los demandantes.

Como siempre ocurre, ignorar el sistema de mercado, tanto en lo laboral como en los demás aspectos de la economía, produce “soluciones” que tienden a empeorar las cosas, es decir, las correcciones al mercado tienden a acentuar los problemas en lugar de solucionarlos.

2 comentarios:

nito dijo...

Creo que la burocracia es uno de los peores males. El mercado es una organización que no es económica pura. Pues, el hombre no es una mercancía. Debe considerar el factor social y el económico. Los regímenes totalitarios ya deberían ser recuerdos del pasado. Ahora hay que ver como Argentina se organiza acorde a las nuevas condiciones sociales y económicas. No siempre el mercado ha sido lo mejor. Dado, que su mal funcionamiento llevo a muchas crisis y la gran depresión del 1929. Que hubo que superarla con medio no de mercado y monetarios. Si a los puestos de trabajo de las actividades productivas que sus costos son compatibles con otros productos o servicios. Voy a ver el concepto de Sociofobía. Cordiales saludos. Fuí profesor de Politica económica en la UTN LA PLATA. Cordiales saludos.

Bdsp dijo...

Gracias por el comentario. El liberalismo propone una tendencia hacia el mercado previa adaptación de los participantes hacia lss reglas del juego establecidas. Es esencialmente una adaptación ética. Los "mercados" reales por lo general distan mucho de ese ideal, ya sea porque desde el Estado se lo distorsiona o porque los actores económicos lo perturban.....Saludos cordiales para usted....