viernes, 16 de octubre de 2015

Dinámica de la personalidad

A lo largo de la historia del conocimiento se han establecido analogías mediante las cuales un esquema descriptivo utilizado por una rama de la ciencia ha sido empleado con éxito por otras. Este es el caso de las matemáticas, la ciencia de los modelos cuantitativos generales que son como esqueletos que toman vida cuando se los reviste con los fenómenos particulares que han de describirse.

El método axiomático aparece con la geometría de Euclídes en el siglo III AC. Luego, en el siglo XVII, Baruch de Spinoza lo aplica para organizar su “Ética”, completando el titulo de su libro: “demostrada según el orden geométrico”. En el siglo siguiente es utilizado por Isaac Newton para organizar los conocimientos de la Mecánica. Posteriormente, cuando en física se habla de “teoría”, se hace referencia a un sistema axiomático.

Kurt Lewin aplica en psicología algunos conceptos de la física y de la matemática, tales como campos de fuerza, topología y vectores. Si bien se emplea la palabra “teoría” en las ciencias sociales para designar toda descripción particular, resultaría conveniente reservar dicha palabra para ser asignada al conocimiento organizado axiomáticamente. De ahí que los trabajos de Lewin puedan considerarse como partes de la psicología social experimental, encontrando en los conceptos mencionados una forma novedosa de expresarlos con cierta precisión, aunque sin constituir una teoría en el sentido indicado. Alfonso Álvarez Villar escribió: “Kurt Lewin tuvo el laudable propósito de llamarnos la atención sobre las múltiples aplicaciones de algunos de los conceptos físicos y matemáticos en el ámbito de la conducta humana y animal. Concibió primero a toda motivación como un vector, con su punto de aplicación, su intensidad, su dirección y su sentido. E hizo del universo y de la psique dos campos de energía radiante que se interpenetran y se interrelacionan” (Del Prólogo de “Dinámica de la personalidad” de Kurt Lewin-Ediciones Morata SA-Madrid 1969).

De la misma manera en que el estudiante que ha de emplear un libro escrito en un idioma desconocido, debe primeramente familiarizarse con ese idioma, el psicólogo social debe adquirir algunos conocimientos de física y de matemáticas para comprender las descripciones establecidas por Lewin. Esta dificultad es de gran importancia, por lo que, en varios textos actuales de psicología social, poco o nada se haga referencia al mencionado autor. Parecería que las ventajas de una descripción precisa y detallada fueron opacadas por las desventajas asociadas a la utilización de un “idioma” desconocido por la mayoría de los científicos sociales.

No solamente se debe conocer un nuevo idioma, sino que resulta imprescindible poder pensar con él. De ahí las dificultades de esta forma de descripción. Lewin escribió: “Me han preguntado si admito para este tipo de investigación el nombre de «psicología topológica». No tengo que hacer ninguna objeción, siempre y cuando se tengan presentes los siguientes puntos: en primer lugar, me hallo firmemente convencido de que la psicología está en condiciones de trascender las «escuelas», en el viejo sentido de esta palabra. El contribuir a este desarrollo es un objetivo importante en nuestra tarea, que utiliza, todo lo más posible, el lenguaje de las matemáticas, porque es menos equívoco que cualquier otro, y, al mismo tiempo, es «objetivo» y no «especulativo», ya que expresa sólo el orden estructural de las cosas y de los hechos”.

“Sin embargo, no me limito a los conceptos de topología. Por lo demás, el uso de un lenguaje matemático es sólo una expresión de un método «constructivo» más general, cuya característica importante es su mayor capacidad para cubrir el hueco entre la teoría y un hecho dado. Sin embargo, la topología continúa siendo la disciplina básica matemática para la presentación de la dinámica en todo el ámbito de la psicología, y estoy convencido, cada día más, de que terminará siendo, superado estos límites, un marco de referencia muy sólido para la formulación de una sociología dinámica”.

En cuanto a los campos de fuerza y su aparición en la física, debemos primeramente retrotraernos a la ley de la gravitación universal establecida por Isaac Newton, consistente en una expresión matemática cuantitativa que describe la fuerza gravitacional entre dos masas, alejadas cierta distancia y una misteriosa “acción a distancia” establecida a través del espacio vacío. Al respecto, Newton expresó: “No formulo hipótesis”, ya que la relación matemática entre las magnitudes físicas consideradas era lo esencial.

Posteriormente, Charles Coulomb descubre que la fuerza existente entre partículas eléctricas estaba regida por una ley matemáticamente similar a la de la gravitación universal, por lo que el concepto de “acción a distancia” se trasladó a la escala de observación de lo pequeño. Tanto la electrostática como la electrodinámica se desarrollan en Francia con la ayuda del cálculo infinitesimal.

El físico experimental británico Michael Faraday, un autodidacta que no había ido a la universidad, al no comprender los desarrollos matemáticos de la física de su época, introduce el concepto de “campo de fuerzas” en lugar de la “acción a distancia”. En vez de considerar que entre dos partículas existe una fuerza de atracción, o de repulsión, Faraday consideraba que cada partícula creaba en su entorno un campo de fuerzas y que ese campo de fuerzas actuaba luego sobre otra partícula. Las “líneas de fuerza” de Faraday pasan a constituir una nueva magnitud física que puede asociarse a entes matemáticos. Finalmente James Clerk Maxwell logra expresar matemáticamente las leyes del electromagnetismo en una forma cuantitativa.

En psicología, en lugar de describir la interacción de dos individuos en base a cierta atracción o repulsión mutua, puede decirse que la actitud característica de cada uno de ellos crea un “campo de influencia social” que actúa sobre el resto de las personas recibiendo de cada una de ellas la influencia recíproca respectiva. M.H. Marx y W.A. Hillix escribieron: “El término «teoría del campo», en su acepción psicológica, surgió por analogía con la noción de campo de fuerza en física. Aunque la analogía no es muy estricta, el término ha persistido en la literatura psicológica porque sirve para caracterizar diversas teorías que comparten ciertos rasgos metateóricos fundamentales, expresados principalmente en dos proposiciones generales:

a) Las pautas de organización son los factores primarios de la conducta.
b) El análisis de las condiciones singulares o aisladas no pueden proporcionar un cuadro adecuado de pautas.

“Aquí parece haber diferencias radicales entre un teórico de campo y el típico teorizador de estímulo y respuesta, quien pone el énfasis en la asociación analítica de los elementos de estímulo y respuesta. Se ha cuestionado esta dicotomía evidente sobre la base de que el teorizador E-R contemporáneo no sólo toma en cuenta los factores interactuantes en la situación experimental, sino que también los maneja, en la práctica, más adecuadamente que el teórico de campo”.

“Es cierto que las diferencias metodológicas entre la teoría E-R y la teoría del campo son en la actualidad mucho más leves de lo que eran antes; actualmente la dicotomía sólo es un medio conveniente para ordenar nuestra exposición. En todo caso, hay acuerdo general en que la teoría del campo destaca que la condición determinante de la conducta es una totalidad organizada de acontecimientos. Las diversas teorías del campo difieren entre sí según la instrumentación particularizada que hagan de ese principio general” (De “Sistemas y teorías psicológicos contemporáneos”-Editorial Paidós-Buenos Aires 1974).

Otro de los conceptos matemáticos empleados por Lewin es la topología, la geometría sin medida, que estudia las propiedades invariantes de figuras y cuerpos que son sometidos a deformaciones, como si estuviesen compuestas por hilos que pueden doblarse fácilmente. Los citados autores escriben: “Lewin recurrió a la topología, una geometría relativamente nueva, porque le proporcionaba un modelo matemático sobre el cual podía basar su representación conceptual de los procesos psicológicos. En pocas palabras, la topología es una geometría donde las relaciones espaciales se representan de una manera estrictamente no métrica. Las relaciones posicionales entre las áreas o regiones se mantienen a pesar de los diversos tipos de cambios en el tamaño y forma. Interesan fundamentalmente las conexiones entre regiones delimitadas, y sus relaciones espaciales”.

“Lewin opinaba que esas relaciones posicionales eran la mejor manera de conceptuar la estructura de las relaciones psicológicas. Sin embargo, la topología planteaba una seria limitación: su falta de conceptos direccionales. Para representar el concepto psicológico de dirección Lewin inventó entonces una nueva geometría cualitativa que denominó del espacio hodológico (del griego hodos, traducido como «sendero»”.

Los biógrafos de Guglielmo Marconi comentan que el inventor italiano le mostró a su padre, con cierto orgullo, el funcionamiento de la telegrafía sin hilos, una nueva manera de comunicarse entre dos habitaciones de su casa, lo que recibió como respuesta: “¿No podrías haber realizado algo más sencillo?”. Cuando se observan los aportes de Lewin a la psicología, nos surge un interrogante similar.

Respecto de las críticas recibidas, Marx y Hillix escriben: “La mayor parte de las objeciones críticas, formuladas a Lewin han sido de naturaleza metodológica, y se han centrado en el desarrollo y empleo de la teoría del campo”. “Una crítica persistente se refiere al presunto mal empleo o adaptación de los conceptos topológicos. Se señala que Lewin no hizo más que tomar prestada la terminología y algunas de las conceptualizaciones más gruesas de esa geometría; no ha utilizado nada parecido a la serie completa de relaciones topológicas fundamentales. En respuesta a esta objeción, Lewin ha argüido que lo único que puede exigírsele a un psicólogo que intenta aplicar un modelo matemático, es que coordine algunas relaciones conceptuales con procesos empíricos: «No puede haber otro significado ni otra prueba de la aplicabilidad de estas geometrías a la psicología, que el carácter fructífero de las predicciones basadas en esa coordinación»”.

El físico Louis de Broglie expresó que las “teorías físicas emplean postulados arbitrarios” y que “el éxito posterior legitima su empleo”. Recordemos que la compatibilidad entre una descripción y lo descrito, es lo más importante en toda actividad científica. “Si se acepta este modesto objetivo como legítimo y suficiente, difícilmente pueda argumentarse en contra de las adaptaciones e invenciones geométricas de Lewin, por lo menos en lo que se refiere a este aspecto de su metodología”.

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